Me quito el sujetador mientras no quitaba sus ojos de los mios, y sus ojos bajaron a la par que sus manos. Su boca llego asta mi ombligo y sus manos a mi entrepierna de nuevo. Pero esta vez lo izo de forma distinta, lo izo más pasionalmente y su boca fue bajandoo son sus manos y tuvo una grata sorpresa en el. Nos empezamos a enrredar en las sabanas y continuamos volviendonos locos el uno por el otro. No queriamos que nada nos separara, ni el aire. Nada aria que nuestros cuerpos no se undieran de placer. Despues de una gran maratoon de sexo apasionado. llegando ya a la madrugada me pidio que abriera las cortinas para ver amanecer.
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